miércoles, marzo 3

Uno: Naturaleza muerta

Tanto en medio que ni siquiera voy a intentar remontar el tiempo de regreso. Algunas cosas simplemente estallan y despues uno se pasa la vida tratando de entender que carajo pasó, a donde están las piezas que componían el conjunto. Lo que no hay es muerte, no hay heridos y eso merece la mención. Exploto el sol, los arboles, el pavimento, el alcohol, las cumbres lejanas de los cerros, las vaginas antropofagas que vienen a mis sueños, la libertad y el horror.

Todo esta ahí, en alguna forma. Solo que surgiendo desde lugares autónomos. No hay cosmovisión, hay un reguero de objetos, hojalatas de mi alma y mi infancia, desparramados por entre las mosquetas ralas y las flores del amancay y los chochos.

Muchas cosas que consideraba elementos indispensables de mi humanidad se oxidan, indolentes, en el pasto. Y yo camino todavia. Algo afilado por el roce de la chatarra, la cabeza despuntada. Oyendo nada, como quien esta sumergido bajo el agua.

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